Es una de las frases más repetidas… y con razón.
Si alguna vez os habéis dedicado a una actividad o profesión mínimamente creativa sabréis que esos grandes momentos de inspiración, ver una imagen o estar en la ducha y que, automáticamente, como si de una revelación divina se tratase, te llegue a la mente la idea para tu próximo proyecto, son escasos o directamente inexistentes. Normalmente existen en pequeñas dosis, para detalles, colores o palabras de un proyecto que ya ha requerido muchas horas de trabajo.
Por eso, como suele decir alguien que de esto sabe mucho: elimina el folio en blanco cuanto antes. El folio en blanco da miedo, es un abismo oscuro del que no ves el fondo, supone enfrentarse a un sentimiento arraigado de manera primitiva en el ser humano: el miedo a lo que ni se ve, ni se conoce, ni se entiende.
La mayoría de los ilustradores o diseñadores con los que he hablado funcionan mucho mejor lanzando garabatos e ideas sobre un papel (digital o analógico) cuanto antes.
Cuando los trazos, las formas y las palabras hacen que el cerebro comience a funcionar con ideas tangibles y concretas la oscuridad se transforma en luz, primero pequeños puntos, los suficientes para animarte a avanzar hasta que el abismo desaparece por completo.
Ahora que están tan de moda las inteligencias artificiales todos hemos aprendido que, para que hagan bien su trabajo, necesitan nutrirse de información, aprender y tener suficientes recursos. ¿Qué te hace pensar que tu cerebro no funciona igual? Las horas de trabajo en un proyecto harán que almacenes información que te ayudará a avanzar cada vez mejor.
Y puede, solo puede, que, tras horas de trabajo, todos esos datos y referentes hagan que, al ver un cartel por la calle, al meterte a la ducha y tararear una canción o al soñar algo en mitad de la noche, tengas ese ansiado momento de inspiración. Son pequeños, escasos y, desde luego, no suceden por arte de magia.
Quizá los grandes genios de la historia hayan tenido momentos de iluminación tan solo mirando a través de una ventana, pero tengo mis dudas. Y ten en cuenta que esos genios dedican miles de horas a su arte.
La inspiración, por norma general, siempre te pillará trabajando (o tras varias horas de trabajo).
Actúa.
Inés Llorente Irazola
Ejecutiva R&A