La libertad de prensa es una conquista. Hay para quienes es un problema. Tanto que, según Reporteros sin Fronteras, el 73% de los países limita la actividad de periodistas. La corrupción es el principal factor de riesgo y, lo malo de la corrupción, no es que exista en estados totalitarios, sino que existe en todas las capas de cualquier sociedad. De manera que, si el periodismo investiga crímenes o corrupción, a cualquier nivel, se ve amenazado.

Donde la vida vale poco o los valores son un cuento de hadas, investigar empresas corruptas es arriesgado y valiente, porque suele pasar que ya han “comprado” periodistas para escribir panegíricos sobre ellas.

Esto nos debe recordar permanentemente que a cualquier profesional del periodismo se le ha de tratar con la mayor altura ante su libertad; por su vida y dignidad y por la del gremio al completo.

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Equipo R&A